'Matrimonio homosexual', un grave factor de disolución familiar
Santa Rosa (La Pampa), 12 Jul. 10 (AICA).- “Comenzando por la ‘falacia’ de querer llamar matrimonio a lo que nunca podrá serlo, queremos manifestar nuestro desacuerdo ante lo que podría constituirse en un grave y riesgoso factor de disolución familiar, afectando seriamente el futuro de nuestra provincia y la Nación entera”, dice el obispo de Santa Rosa, monseñor Mario Aurelio Poli, en una carta dirigida a los senadores ante el tratamiento de modificación del Código Civil que permitiría equiparar con el matrimonio a las uniones entre personas del mismo sexo.
Tras destacar que “la principal riqueza de La Pampa son sus familias”, asegura que “la familia que tiene su cimiento en el matrimonio es el mejor rostro de la naturaleza humana y no hay una realidad semejante que la pueda igualar en belleza, verdad y bondad”.
“El Creador -señala el pastor pampeano- ha puesto en el matrimonio así constituido, la virtud de generar vida, y no pocas familias pampeanas lo han entendido generosamente al engendrar una prole numerosa, como lo merece y necesita nuestro vasto territorio despoblado”. Y en este punto expresa la necesidad de “más y mejores leyes que favorezcan y protejan a los hogares que se abren al don de la vida. Pensamos en los pueblos, parajes y puestos del oeste de la pampa profunda, donde la vida es más difícil, y sin embargo, papá y mamá no bajan los brazos, aunque la sequía y el desamparo son pruebas duras”, agrega.
Por otro lado, subraya que “los destinatarios del proyecto de Ley matrimonial referidos a uniones de personas de un mismo sexo, nunca podrán generar vida, aunque argumenten que tienen a su alcance recursos artificiales ‘modernos’ ”.
Asimismo, afirma que “de aprobarse el proyecto de ley en cuestión, dejaría abierta la puerta a derechos como la institución de la adopción de hijos que estarían al cuidado de dos hombres o dos mujeres”. En ese sentido se pregunta si “acaso no es una forma de conculcar los derechos de los pequeños a crecer en una familia, donde son tan importantes los primeros años de vida espejados en los rostros y actitudes del papá y la mamá, fundamentales para el desarrollo de la personalidad e identidad biológica de un niño y una niña”.
“Esta verdad la admiten todas las corrientes de las ciencias psicológicas y antropológicas; y lo que es mejor, lo sabe y enseña la sabiduría popular, que no está en los libros ni en la Internet, pero que tiene su fuente en el sentido común y la escuela de la convivencia familiar en la vida cotidiana, realidad que la arbitrariedad de una Ley no puede cambiar. Si bien hay muchos chicos abandonados, la solución no es el matrimonio homosexual, sino la aplicación de la Ley de adopción”, subraya el texto.
Además, el prelado advierte que “a los argentinos no nos falta capacidad de trabajo, ingenio y talento, inteligencia y creatividad para resolver nuestros propios conflictos. Sin embargo, mostramos una debilidad, cuando ‘copiamos’ -a veces con el pretexto de ponernos a la altura de un mundo globalizado y moderno-, proyectos fracasados o propios de sociedades que niegan sus raíces y valores culturales y espirituales. Es el caso de este proyecto de ley, que lejos de igualar derechos como se declama, termina por cercenar derechos básicos contemplados en una legislación civil, que ha sido modelo y orgullo de nuestro orden jurídico”.
Por último, si bien explica que “como pastores del Pueblo de Dios que camina en La Pampa, no está en nuestro ánimo faltar el debido respeto a las personas que públicamente han hecho de su homosexualidad una opción de vida”, el obispo y sus sacerdotes ponen de manifiesto su compromiso con el bien común y señalan que “una Ley justa y ecuánime, posee la virtud de ser rectora y pedagoga en el arte de la convivencia humana. La ley equitativa crea cultura y abre el futuro de nuestra Nación”, expresan: “Es por eso que nos oponemos a un proyecto que quiere ‘construir’ como matrimonio lo que nos fue dado naturalmente y que las leyes existentes han aceptado”.
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