En Argentina, ofrecen ayuda a adolescente cuyo aborto fue autorizado
BUENOS AIRES, 05 Abr. 10 (ACI).- El Obispo de San Carlos de Bariloche, Mons. Fernando Maletti, y el equipo de voluntarios de Gravida, salieron al encuentro de una joven de 17 años, víctima de violencia sexual, que decidió abortar al niño por nacer tras obtener una autorización judicial, a fin de "sin condenas ni polémicas, ofrecer toda nuestra ayuda, acompañamiento y contención" y además despertar "la conciencia del valor de la vida humana, y de acogida al niño que viene".
Tras señalar que "muchos hermanos y hermanas, incluso, se han ofrecido para adoptar a este niño, como actitud bien concreta y no sólo reclamativa", tanto el Obispo como la organización dedicada a la atención de la mujer en riesgo de abortar, lamentaron que "quien tenía en sus manos la decisión sobre la vida de este niño, el juez Martín Lozada, prácticamente haya dictado su sentencia de muerte".
"Sentencia que de llevarse a cabo, nos dejará a todos, incluida la joven embarazada, con un amargo dolor y una inocultable vergüenza y frustración", dijeron en un comunicado titulado "La vida humana como don".
En el texto los firmantes le dicen a "esta adolescente que puede contar con Grávida y con el Obispo de San Carlos de Bariloche. Estamos totalmente disponibles para escuchar todo su dolor y acompañarla en este momento dramático que está viviendo, pues no cabe duda que este niño que viene, no ha sido buscado ni querido por ella, que su embarazo no es una vivencia dulce y feliz, sino dolorosa y triste, pero que aún así la eliminación mediante un aborto del niño que está en su vientre, solo le traerá más dolor y sufrimiento a su vida y no reestablecerá la dignidad que brutalmente le han quitado".
Finalmente queremos recordar lo dicho por los obispos patagónicos ante una situación similar ocurrida en Comodoro Rivadavia:
"Como Iglesia expresamos hoy la postura a favor de la vida y nuestro apoyo, comprensión y solidaridad a las víctimas de situaciones aberrantes. Para lo cual ofrecemos nuevamente:
- Nuestro apoyo moral, espiritual, recursos y hogares que desean adoptar la vida en riesgo. No ofrecemos la muerte, sino la vida.
- La oración y ayuda pastoral para que las consecuencias del aborto procurado sean lo menos traumáticas posibles para las personas afectadas y para la sociedad.
- La propuesta de una reflexión serena y constructiva como sociedad, en base a valores éticos universales que, en el proyecto de provincia y de nación que queremos, aseguren la vida y la felicidad para todos, de modo que en situaciones semejantes se implementen las soluciones justas y dignas, que no son las más fáciles.
- El reclamo al reconocimiento de la objeción de conciencia, como derecho y garantía de la no discriminación que debe existir en una sociedad pluralista y democrática.
Más allá de cualquier creencia religiosa o ideológica, tenemos la certeza de estar defendiendo un derecho universal que es patrimonio de toda persona que quiere crecer y convivir dignamente en la familia humana".
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