miércoles, 29 de diciembre de 2010

Los políticos y la Navidad - P. José Antonio Fortea

Los políticos y la Navidad
P. José Antonio Fortea


(España) 28.12.10.- Si este post lo está leyendo alguna madre, le aconsejo que encauce a su hijo hacia la política. Es la mejor industria del país, no importa en que país esté leyendo este blog. Y encima es perfectamente legal. Y no sólo es legal, sino que además tiene los tipos impositivos fiscales más bajos del país. No sólo es legal, sino que además tienen dietas.

Pero no es oro todo lo que reluce, ser político es duro. Tienes que ir a cóctels continuamente, a cenas, a homenajes, a veces incluso tienes que ir a inaugurar algo, pero después hay otro cóctel.

No voy a decir eso de que en la política hay mucha corrupción. Eso es falso. La política es ya de por sí una forma de corrupción. La política es la cuba de fermentación de la honradez de los buenos chicos que son arrojados a ella. Digo que son arrojados porque evidentemente ellos no quieren arrojarse voluntariamente a ese colchón de billetes, poder, prestigio y fama que llena esa cuba. Ellos siempre lo hacen por los demás. Yo no quiero, pero me empujaron.

La única razón por la que aguantamos a los políticos es porque entre ellos y el anarquismo, todos preferimos al típico político barrigón con un puro en la mano. El anarquismo no tiene dietas, no cobra pluses, no paga mensualidades en el club más caro de Madrid, pero muestra una clara tendencia al uso de la dinamita. Y claro arreglar todo a base de dinamita no suele dar buenos resultados. La dinamita es rápida y barata, pero lo que tiene, es que lo llena todo de polvo.


 






miércoles, 22 de diciembre de 2010

Gobierno hace de España un "laboratorio de secularización", advierte experto

Gobierno hace de España un "laboratorio de secularización", advierte experto


MADRID, 21 Dic. 10 (ACI).- El director del Centro Europeo para la Ley y la Justicia (ECLJ), Grégor Puppinck, advirtió sobre la fobia anticristiana que se expande en el continente y señaló que España es ahora "un laboratorio en el que el Gobierno (socialista) está ensayando la secularización".

Puppinck se reunió con Profesionales por la Ética (PPE), el 13 de diciembre, donde abordó el caso de Soile Lautsi, la mujer italiana que en 2002 demandó al Gobierno italiano ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, al considerar que la presencia de cruces en la escuela pública donde estudiaban sus dos hijos violaba sus derechos porque supuestamente se les imponía una determinada presencia religiosa.

Según PPE, el experto indicó que esta demanda, así como la imposición de Educación para la Ciudadanía en España, son ensayos de minorías que quieren secularizar la sociedad "a golpe de sentencia y de leyes". "Son batallas emblemáticas que debemos librar e intentar ganar también en los tribunales, aunque la lucha es de naturaleza espiritual, mucho más profunda", advirtió.

En ese sentido, destacó la posición de 21 estados europeos a favor de la presencia de las cruces en los espacios públicos. Puppinck dijo que la decisión final "influirá en la ley de libertad religiosa que se prepara en España".

Aunque en noviembre de 2009 la corte de Estrasburgo falló a favor de la mujer, el Gobierno italiano apeló la sentencia y ahora la decisión recae sobre los 17 jueces que componen la Gran Cámara del Tribunal de Estrasburgo.

El director del ECLJ defendió la presencia de la religión en la vida pública de los países, pues "la democracia necesita de la religión para mantener vivos los valores seculares sobre los que se basa".

"Los valores cristianos, de los que tanto quiere desprenderse Europa, suponen un pilar fundamental para la democracia, pues una democracia sin valores, no es una democracia legítima", afirmó.

Lamentó que los medios de comunicación refuercen a menudo ciertos prejuicios o burlas contra los cristianos. "Las ofensas también se expanden en el ámbito cultural y político, numerosas obras de teatro y de arte se mofan de los símbolos y prácticas cristianas, incluso hay políticos que se permiten la licencia de bromear con los símbolos cristianos en público", señaló.

Sin embargo, Puppinck advirtió que los valores de Occidente no pueden separarse de su raíz cristiana. Indicó que hacer que un país renuncie a su identidad es violencia y por ello llamó a derrotar esta tendencia con las armas legales, porque "Europa no puede afrontar el porvenir renunciando a sus raíces cristianas".


La intervención de Puppinck sobre la competencia entre civilizaciones puede verse en


Su diálogo sobre el caso de España se encuentra en



sábado, 18 de diciembre de 2010

Sigue magnífico Mons. Gea - P. Jorge Loring

Sigue magnífico Mons. Gea
P. Jorge Loring, S.I.


Si el artículo de ayer fue bueno, el de hoy (13-XII-2010) es magnífico: “¿Por qué no abandonan la Iglesia de una vez?”. Tiene toda la razón.

Es incomprensible que políticos socialistas voten a favor de la ley del aborto y se consideren católicos. ¿Qué organización admite a personas que rechazan su reglamento?. Tiene toda la razón.

Por eso Mons. Gea les dice: “Aceptad la doctrina de la Iglesia o marchaos de ella”.

“Quien no acepta la enseñanza de la Iglesia se sitúa fuera de ella. La enseñanza clara y definitiva de la Iglesia, ¿la admitís o no?. Porque si no la admitís os habéis situado fuera de la Iglesia. ¿Puede considerarse católico quien no admite la enseñanza del Magisterio de la Iglesia?. ¿Por qué no se arrepienten y vuelvan a ella?.

No seríais el primer caso de gente notable que han cambiado de opinión, y de abortistas profesionales que se han convertido en defensores de la vida.

Sí, queridos hermanos, la Iglesia no necesita miembros que no comulgan con ella. Necesita hombres y mujeres capaces de dar la cara por el Señor. Hombres y mujeres que no se vendan al mejor postor”.

Resulta fuerte pero tiene toda la razón cuando dice que se debería excomulgar a los que voten la ley que promueve el aborto. Su colaboración al aborto les hace responsables del crimen que tiene excomunión. Si se excomulga a una mujer responsable de un aborto, con más razón a los responsables de miles de abortos.



viernes, 17 de diciembre de 2010

La libertad religiosa es de todos, no sólo para los creyentes, dice el Papa

La libertad religiosa es de todos, no sólo para los creyentes, dice el Papa
Benedicto XVI enumera los ingredientes de la “laicidad positiva”


CIUDAD DEL VATICANO, jueves 16 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- El Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, que ha sido hecho público hoy en rueda de prensa por el cardenal Peter Kowdo Appiah Turkson, contiene los “ingredientes” para una comprensión de la “laicidad positiva”, tan importante para Benedicto XVI.

De hecho, la cuestión de la “laicidad positiva”, o bien, de cuál es la correcta separación e interacción entre los poderes públicos y la religión, ha sido un tema central en los viajes a Estados Unidos, Francia, Inglaterra, etc. También se su discurso a la ONU, el 18 de abril de 2008.

Esta “laicidad positiva” consiste en la recta comprensión del derecho a la libertad religiosa, afirma el Papa, y en el subsiguiente papel del Estado en promover y respetar esa libertad fundamental.

El Papa se basa en su mensaje en dos documentos conciliares, la Declaración sobre la libertad religiosa Dignitatis humanae, y la Declaración sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas Nostra aetate.

La libertad religiosa, afirma el Papa, esta contenida dentro del mismo derecho a la vida, y es por tanto un derecho fundamental: “toda persona es titular del derecho sagrado a una vida íntegra, también desde el punto de vista espiritual”.

La dignidad trascendente de la persona capaz “de trascender la propia materialidad y buscar la verdad, ha de ser reconocida como un bien universal, indispensable para la construcción de una sociedad orientada a la realización y plenitud del hombre”, afirma el Papa.

Es más, la libertad religiosa “está en el origen de la libertad moral”, y debe entenderse “no sólo como ausencia de coacción, sino antes aún como capacidad de ordenar las propias opciones según la verdad”.

Por esto, entre libertad y respeto “hay un vínculo inseparable”, e igualmente “una libertad enemiga o indiferente con respecto a Dios termina por negarse a sí misma y no garantiza el pleno respeto del otro”.

“La ilusión de encontrar en el relativismo moral la clave para una pacífica convivencia, es en realidad el origen de la división y negación de la dignidad de los seres humanos”, subraya el Papa. “Es inconcebible que los creyentes tengan que suprimir una parte de sí mismos –su fe- para ser ciudadanos activos. Nunca debería ser necesario renegar de Dios para poder gozar de los propios derechos”.


Religión y sociedad

El Papa insiste en que cuando se niega la libertad religiosa, “cuando se intenta impedir la profesión de la propia religión o fe y vivir conforme a ellas, se ofende la dignidad humana, a la vez que se amenaza la justicia y la paz, que se fundan en el recto orden social”.

Esta libertad religiosa, que es “una conquista de progreso político y jurídico”, consiste en el libre ejercicio del derecho a profesar y manifestar, individualmente o comunitariamente, la propia religión o fe, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, las publicaciones, el culto o la observancia de los ritos.

Además, subraya el Papa, “no debería haber obstáculos si quisiera adherirse eventualmente a otra religión, o no profesar ninguna”.

“La libertad religiosa no es patrimonio exclusivo de los creyentes, sino de toda la familia de los pueblos de la tierra. Es un elemento imprescindible de un Estado de derecho; no se puede negar sin dañar al mismo tiempo los demás derechos y libertades fundamentales, pues es su síntesis y su cumbre”.

Esta libertad “no se agota en la simple dimensión individual, sino que se realiza en la propia comunidad y en la sociedad, en coherencia con el ser relacional de la persona y la naturaleza pública de la religión”.

La dimensión pública de la religión ha de ser siempre reconocida, respetando la laicidad positiva de las instituciones estatales. Para dicho fin, es fundamental un sano diálogo entre las instituciones civiles y las religiosas para el desarrollo integral de la persona humana y la armonía de la sociedad”.

El Papa advierte también contra “la instrumentalización de la libertad religiosa para enmascarar intereses ocultos, como por ejemplo la subversión del orden constituido, la acumulación de recursos o la retención del poder por parte de un grupo”.

“El fanatismo, el fundamentalismo, las prácticas contrarias a la dignidad humana, nunca se pueden justificar y mucho menos si se realizan en nombre de la religión. La profesión de una religión no se puede instrumentalizar ni imponer por la fuerza”, añade.


Ni fundamentalismo ni laicismo

En el punto 8 del mensaje, el Papa explicita en qué consiste, desde esta “laicidad positiva”, el papel del Estado respecto a la libertad religiosa: garantizar “el legítimo pluralismo y el principio de laicidad”, frente al fundamentalismo religioso y el laicismo.

Ambas posturas, afirma el Papa, “absolutizan una visión reductiva y parcial de la persona humana, favoreciendo, en el primer caso, formas de integrismo religioso y, en el segundo, de racionalismo”.

“La sociedad que quiere imponer o, al contrario, negar la religión con la violencia, es injusta con la persona y con Dios, pero también consigo misma”.

“Dios llama a sí a la humanidad con un designio de amor que, implicando a toda la persona en su dimensión natural y espiritual, reclama una correspondencia en términos de libertad y responsabilidad, con todo el corazón y el propio ser, individual y comunitario”.

Por eso, “las leyes y las instituciones de una sociedad no se pueden configurar ignorando la dimensión religiosa de los ciudadanos, o de manera que prescinda totalmente de ella”.

La dimensión religiosa de la persona, “al no ser una creación del Estado, no puede ser manipulada, sino que más bien debe ser reconocida y respetada”.

“El ordenamiento jurídico en todos los niveles, nacional e internacional, cuando consiente o tolera el fanatismo religioso o antirreligioso, no cumple con su misión, que consiste en la tutela y promoción de la justicia y el derecho de cada uno”, subraya el Papa.

No reconocer esta dimensión, en resumen, “expone a la sociedad al riesgo de totalitarismos políticos e ideológicos, que enfatizan el poder público, mientras se menoscaba y coarta la libertad de conciencia, de pensamiento y de religión, como si fueran rivales”.


Diálogo interreligioso

Precisamente por reconocer este papel público de la religión, los creyentes “están llamados a vivir con responsabilidad su propio compromiso en un contexto de libertad religiosa”.

“En las diversas culturas religiosas, a la vez que se debe rechazar todo aquello que va contra la dignidad del hombre y la mujer, se ha de tener en cuenta lo que resulta positivo para la convivencia civil”.

Por su parte, el Papa recuerda la doctrina conciliar de que la Iglesia “no rechaza nada de lo que en las diversas religiones es verdadero y santo”.

“Con eso no se quiere señalar el camino del relativismo o del sincretismo religioso”, pues la Iglesia “tiene la obligación de anunciar sin cesar a Cristo”, en quien “los hombres encuentran la plenitud de la vida religiosa”.

“Esto no excluye el diálogo y la búsqueda común de la verdad en los diferentes ámbitos vitales, pues, como afirma a menudo santo Tomás, «toda verdad, independientemente de quien la diga, viene del Espíritu Santo»”.



[Por Inma Álvarez]



martes, 14 de diciembre de 2010

Bien por Mons. Gea - P. Jorge Loring

Bien por Mons. Gea
P. Jorge Loring, S.I.



Mons. José Gea, antiguo obispo de Mondoñedo-Ferrol, y hoy, ya jubilado, misionero en Perú, ha publicado en RELIGIÓN EN LIBERTAD (11-XII-2010) un excelente artículo refutando unas ideas del ministro socialista Ramón Jáuregui.

Dijo el ministro que las leyes las hacen los hombres, no Dios. Y contesta el obispo que la Iglesia no hace leyes opinables, sino que enseña lo que Dios a mandado.

La Iglesia no se mete en política cuando habla del aborto, eutanasia, sexo, etc., sino que busca el bien común siguiendo el mandato de su fundador Jesucristo.

Pero los anticatólicos la quieren callada para imponer ellos sus ideas sin oposición.

Un político socialista, si es católico, debe obedecer a Dios que manda no condenar a muerte a una persona humana inocente.

Todos los responsables de la ley que permite el aborto voluntario son colaboradores de un “asesinato abominable”, como le llama el Concilio Vaticano II.

Ningún católico puede apoyar esa ley, porque dice la Biblia que “hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hechos 5, 29).



viernes, 3 de diciembre de 2010

Persecución religiosa en la España actual‏ - Pedro L. Llera Vázquez

Persecución religiosa en la España actual‏
Pedro L. Llera Vázquez


El autor se cuestiona: ¿Prohibirán las procesiones de Semana Santa?, ¿Denunciarán el Concordato con la Santa Sede?, ¿Prohibirán los Colegios Católicos?, ¿Volverán a quemar templos?, ¿Y a fusilar católicos?... [Creemos que cualquier parecido con nuestra Argentina, no es pura casualidad]. Pero vayamos ahora al artículo en cuestión.


En el artículo anterior repasaba el panorama de las persecuciones a la Iglesia en el ámbito internacional: China, Corea del Norte, los países islámicos, los de mayoría budista, etcétera. Quisiera ahora reflexionar brevemente sobre la situación de la Iglesia en España. Resulta obvio que aquí, al menos por ahora, no se asesina a sacerdotes ni se queman iglesias. Eso forma parte de nuestra memoria. En los años treinta, España sufrió una de las mayores persecuciones religiosas de la historia. No es el caso en la actualidad.

Hoy por hoy, y desde la aprobación de la vigente constitución de 1978, España se constituye como un Estado aconfesional; es decir, que el Estado español no se identifica con ninguna religión, aunque se especifica que, por ser la católica la religión mayoritaria, se debe mantener una especial relación de colaboración con la Iglesia Católica. El Estado no es católico, pero sí lo somos la mayoría de los españoles y esa realidad debe ser respetada por las Instituciones de la Nación.

No obstante, en los últimos tiempos, el Gobierno socialista se ha empeñado en poner en marcha una auténtica cruzada contra la Iglesia. De la laicidad positiva, que considera que la religión es un hecho bueno y enriquecedor para la sociedad que se debe favorecer y apoyar, pasamos al laicismo agresivo que busca eliminar cualquier referencia religiosa de la vida pública.

Las medidas legislativas que se han ido aprobando en los últimos años en este sentido laicista son de todos conocidas:

1. Asignaturas adoctrinadoras, como Educación para la Ciudadanía, que pintan generalmente a la Iglesia como el malo de la película y plantean, de manera obligatoria y para todos (con exámenes y notas), contenidos abiertamente contrarios a la moral católica, sin tener en cuenta que las decisiones en este ámbito corresponden a los padres.

2. Leyes abiertamente contrarias a la familia, como la que legaliza el mal llamado matrimonio homosexual o la del “Divorcio Express”, que facilita el repudio sin tener que justificar motivo alguno para la ruptura.

3. Una ley del aborto que convierte el crimen abominable de la matanza de niños inocentes a la categoría de derecho de la mujer y que pretende igualmente pervertir a nuestros hijos en la promiscuidad y en la irresponsabilidad en el ámbito de la sexualidad, desde planteamientos hedonistas hasta la náusea.

4. La llamada Ley de la Memoria Histórica, que desde unos presupuestos maniqueos (en donde los católicos somos los malos, claro está), demagógicos y populistas, pretende llevar a cabo un revisionismo histórico sectario y mentiroso sobre lo sucedido en la Guerra Civil Española.

Pero el laicismo agresivo contra la Iglesia no se manifiesta sólo en las leyes. Va mucho más allá. Los ataques reiterados y ofensivos hacia los sentimientos religiosos de los católicos españoles desde los medios de comunicación afines al gobierno (intelectuales orgánicos y medios al servicio del poder) se repiten una y otra vez: exposiciones blasfemas; marchas del “Orgullo Gay” que aprovechan para ridiculizar a curas, monjas y obispos; programas de radio y televisión que no pierden ocasión de burlarse de la Iglesia; películas que presentan a los cristianos como bárbaros asesinos; otras que sirven de propaganda anticlerical o a favor de la eutanasia, etc. Y añadamos a todo lo anterior el intento permanente de eliminar crucifijos y símbolos religiosos del ámbito público con el pretexto de que “ofenden” a los no creyentes.

El cierre de la Basílica del Valle de los Caídos al culto constituye el último ataque a la libertad de este gobierno tan “tolerante” con todos menos con los católicos. Y lo hacen coincidir con la visita del Papa a España. El sectarismo de un Ejecutivo que gobierna contra más de la mitad de los Españoles no tiene parangón, al menos en Europa. Medidas legislativas y educativas contra los católicos, burlas, ridiculizaciones, blasfemias, demagogia, populismo de la peor calaña y mentiras descaradas contra la Iglesia y los católicos. Veamos algunas de estas mentiras:

1.- Los curas son todos unos pederastas o gente de moral dudosa. Es cierto que resultan escandalosos y reprobables los casos de pederastia entre clérigos y religiosos que se han destapado en los últimos años. Pero de ahí a extender la sospecha sobre la totalidad de los sacerdotes media un abismo. La mayoría de curas y religiosos son personas de una moralidad ejemplar y entregados en cuerpo y alma a su ministerio.

2.- La Iglesia es homófoba. Falso. La Iglesia respeta la dignidad de todo ser humano, independientemente de su tendencia sexual. Se condenan como pecado las prácticas homosexuales, pero no se cuestiona la dignidad de los homosexuales: se condena el pecado, pero no al pecador. Y, desde luego, nos parece una barbaridad que se persiga o se discrimine a los homosexuales o que, como ocurre en otras “culturas”, se les cuelgue en la plaza pública.

3.- La Iglesia es rica. El Vaticano está lleno de oro y de obras de arte. Otra mentira muy extendida. El Vaticano y sus obras de arte son patrimonio de todos los católicos (presentes, pasados y futuros): no del Papa. ¿Sería mejor vender la Capilla Sixtina?. ¿Quién iba a comprarla?. ¿Cuánto valor tiene?. La Iglesia es la Institución que más recursos destina a ayudar a los más necesitados del mundo. Caritas no es una organización al margen del Papa o de los obispos: es la Iglesia misma que, en España, hoy por hoy, está ayudando a más de 800.000 familias sin recursos. Esto, por no hablar de la labor de los misioneros en los países más pobres. Algunos piensan que la Iglesia de la Madre Teresa de Calcuta es otra distinta a la del Papa y eso sólo demuestra su ignorancia total de lo que es la Iglesia. Si no hubiera Papa ni obispos, tampoco existirían las Hermanitas de la Caridad. En la Iglesia hay distintos ministerios, distintas funciones y distintos carismas, pero la Iglesia es una. Y es el Santo Padre el que garantiza la unidad de todo el cuerpo eclesial del que formamos parte con igual dignidad todos los bautizados: cada uno en nuestro puesto y con nuestras características diferenciales y nuestras responsabilidades.

4.- El gobierno financia a la Iglesia y paga a los curas y obispos. Otra mentira más. La Iglesia se financia con la crucecita que los católicos ponemos en nuestra declaración de la renta y con los donativos que los fieles aportamos libremente para el sostenimiento de la Iglesia.

5.- Para la Iglesia, todo lo que tiene que ver con el sexo es pecado. Esta es otra mentira con mucho gancho. El sexo forma parte de la naturaleza del ser humano y, como cualquier realidad creada por Dios, es algo bueno y positivo. Pero para los católicos, las relaciones sexuales deben ir vinculadas a otros valores como el amor, la fidelidad o la familia. Lo que para nosotros resulta inadmisible es que se banalicen las relaciones sexuales y que se fomente la promiscuidad y el hedonismo zafio y ramplón entre nuestros niños y jóvenes, como una forma de alienación y de búsqueda irresponsable del placer a toda costa. O que se favorezca una imagen del hombre y de la mujer como pura mercancía sexual; o que se promueva la pederastia o las prácticas sexuales más aberrantes como si valiera todo, con tal de conseguir placer.

Con todas estas mentiras, con todas estas leyes beligerantemente anticatólicas, con este panorama que acabamos de presentar, ¿cómo va a acabar esto?. Primero se ríen de nosotros, luego legislan contra nosotros, nos ridiculizan, blasfeman, injurian; nos acusan de fascistas y de retrógrados. ¿Cuál es el siguiente paso?. ¿Prohibir las festividades católicas?. Los belenes ya están prohibidos en algunos colegios y las cruces ahora resultan “ofensivas” en las escuelas y hay que quitarlas. ¿Prohibirán las procesiones de Semana Santa?. ¿Denunciarán el Concordato con la Santa Sede?. ¿Prohibirán los Colegios Católicos?. ¿Les quitarán los conciertos?. ¿Cuánto tardarán en pasar de reírse de nosotros a la agresión violenta?. ¿Cuánto tardarán en surgir grupos de “radicales incontrolados” que traduzcan ese odio en violencia?. ¿Volverán a quemar templos?. ¿Y a fusilar católicos?. Ya veremos, pero no vamos por buen camino. Primero se siembra el odio hacia los católicos, luego se va a por ellos. ¿Estaría el Santo Padre tan equivocado cuando, en su reciente visita a España, se refirió al laicismo agresivo que se vive hoy en España?.


 




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